RELACIONES SEXUALES HUMANO-ROBOT

DEL ORGAMASTRON AL SEXTECH:  EL PLACER   VIRTUAL TIENE FUTURO

En una de sus comedias fílmicas  más  divertidas e irónicas, el director y actor neoyorquino Woody Allen imaginó y llevó a la pantalla una aplicación tecnológica que a través de un implante en la columna vertebral  de los seres humanos, tendría la posibilidad de provocar una especie de estimulación eléctrica y provocar el placer sexual con tan solo  pulsar un botón.

Este aparato llamado “el orgasmatrón“  que aparece en el  “El Dormilón” de 1973, fue creado como parte de la trama del film y tenía como objetivo resolver el problema de frigidez que en un futuro sufrirían algunos sectores de la humanidad.

Siempre he pensado que la ciencia ficción y sus grandes creadores son, de alguna manera, los nuevos profetas de un presente y un futuro que sucede, como en el título de otra visionaria película “cuando el destino nos alcance”. Pues bien, a casi medio siglo de que surgiera como sátira a la sociedad moderna el  “orgasmatrón”  de Allen, el futuro nos está rebasando por la vía tecnológica, pues según el informe realizado  por el líder de la consultora Futurizon,  Ian Pearson comparte en la revista española El País, que  “a partir de 2025, muchos de los hogares más ricos del mundo contarán con un robot sexual. En 2035, la mayoría tendrá un juguete sexual con el que interactuará en realidad virtual y en 2050, el sexo entre personas y robots superará a las relaciones entre humanos”.

Pero esta no es la única proyección acerca del futuro del placer que coincide con esta interesante  tendencia a la interacción robótica de la  sexualidad humana, pues según documenta la revista GQ, ya es posible el uso de  gadgets y apps de tipo erótico como  “teledildos” conectados a la red, el sexo interactivo con realidad aumentada o simplemente acceder a un chat grupal donde practicar a distancia el “sexting”, una práctica virtual  por demás peligrosa, pues al subirse a la nube material intimo cabe la posibilidad de ser “hackeado”; y por supuesto, otra opción del nuevo comercio sexual en la red está  en sitios como “Onlyfans” o  los muy recurridos sitios de contenido sexual “clásico” en video, considerados como grandes emporios pornográficos.

Sin embargo, y yéndonos al futuro más que próximo de lo que se ha llamado “Sextech” o sexo tecnológico,  el ya citado Ian Pearson, quien trabaja ya en la  creación de  la electronic skin o piel  con memoria sensual, nos augura un tiempo en el que el cuerpo humano y su sexualidad ya no tendrá limites y en una fantasía sexual futurista que ralla en el delirio “la gente podrá hacerse un replicante, exactamente igual, y tener sexo consigo mismo. La realidad virtual nos permitirá tener relaciones a distancia y sentir besos, caricias y contactos, gracias a sensores conectados a pantallas táctiles que envían mensajes al cerebro. Será fácil materializar la fantasía que cualquiera imagine, o fabricar la réplica de alguien que ya haya muerto”.

Pero el sexo del futuro va más allá de lo imaginable y se materializa en objetos físicos de alta tecnología, pues David Levy, experto en inteligencia artificial, en su libro Love and Sex with Robots expresa que la tendencia para un futuro muy próximo “será normal tener sexo con robots” y para muestra de esto la compañía True Companion de Nueva Jersey  lanza  la primer  sexbot o muñeca sexual llamada “Roxxxy Gold” que tiene como “amenidad” el poder entablar una plática, fingir una expresión de orgasmo femenino e incluso roncar; o en su versión masculina, la empresa  californiana RealBotix ha lanzado a “Henry”, un robot armado con seis distintos tamaños de pene.

Pero como en todo avance tecnológico-humano las implicaciones éticas y de la  oferta vs. la demanda están de por medio

Por mi parte creo que nada sustituirá al contacto de la piel y el intercambio de fluidos entre dos personas humanas, y la breve iluminación instantánea de un orgasmo… Y tú ¿qué opinas? 

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