EL MITICO OVNI DE NIKOLA TESLA

UN SIGLO DESPUES SU TECNOLOGIA ES REDESCUBIERTA

Año 1905,  E.U., el genial inventor Nikola Tesla obtiene la patente del primer platillo volador del mundo, mostrando los planos de su  invento cuyo mecanismo incluía un capacitor discoidal con suficiente tamaño como para que su empuje le permitiera volar, estabilizarse y tener un desplazamiento lateral. En el interior de la nave mostraba impresionantes adelantos tecnológicos como pantallas planas y cámaras externas. 

En aquella época, la Fiebre OVNI aún no era un fenómeno masivo, pero no faltó quien atribuyera este invento del serbocroata a su contacto con entidades extraterrestres, comenzando así a construirse una historia casi mitológica alrededor de su vida y obra. 

Lo cierto es que Tesla fue en gran parte quien dio lugar a esta leyenda con algunas de sus muy controversiales afirmaciones como “Dios es electricidad”, “Si supieras la magnificencia de los números tres, seis y nueve, tendrías una llave del universo” o “Me invade constantemente la sensación de haber sido el primero en escuchar el saludo de un planeta a otro”; Lo cual caló profundamente en una sociedad estadounidense de principios del siglo XX, en plena transición entre el tradicionalismo conservador y la modernidad en ciernes. 

Pero más allá de su visión con tintes esotéricos, sus investigaciones fueron la base de grandes avances tecnológicos como la radio, la televisión, la electricidad AC, la iluminación fluorescente, las las luces de neón, los dispositivos de radio control, la robótica, los rayos-X, el radar, las micro ondas y  otros increíbles inventos que hoy son parte  de nuestra cotidianidad. 

Uno de sus más polémicos estudios, fue el de la Teoría Dinámica de la Gravedad, expresando que un campo de fuerza es el responsable de los movimientos de los cuerpos en el espacio y  produce algo así como lo que hoy en día llamamos energía oscura.

Tesla reintrodujo el concepto del éter que se origina en la Grecia de Platón y que fue llamado la quintaesencia, es retomado por los alquimistas y es llamado también akasha, en la mitología  hinduista.

Pues bien, apenas una década después, los científicos descubrieron el Bossón de Higgs -o “partícula de Dios”- que coincidiría con el concepto del éter cósmico y una de sus implicaciones más trascendentales sería la posibilidad de contar con una fuente infinita de energía. Pero lo más interesante es que gracias a este descubrimiento se nos abre la posibilidad de saltar a una dimensión extra del espacio y movernos hacia adelante o hacia atrás en el tiempo, reapareciendo de nuevo en nuestro espacio ordinario en el pasado o en el futuro. 

Todo esto retoma vigencia en la actualidad, con la aceptación  de la existencia de objetos voladores no identificados realizada por el Congreso de los Estados Unidos. Pues  el modelo del platillo volador de Tesla, utiliza precisamente este tipo de energía antigravitacional para desplazarse sin restricciones  por el espacio  y el tiempo. 

A más de un siglo de la invención de Tesla, la ciencia apenas está redescubriendo algunas de sus investigaciones como grandes avances para la humanidad. A pesar de que muchos científicos de su época consideraban sus teorías como sumamente improbables y hasta fraudulentas, los parámetros y leyes de la física actual están siendo superadas gracias a su mentalidad visionaria.

Tesla moriría en la pobreza y el descrédito, pero sus archivos  fueron requisados por el gobierno norteamericano y aunque Einstein resultó ser uno de sus más reconocidos detractores, ambos genios coincidían en la existencia de vida  extraterrestre. 

Lo cierto es que el tiempo le sigue dando la razón a Tesla y para nuestra desgracia el estudio y descubrimiento práctico de la antigravedad fue un secreto que el genio se llevó  a la tumba, aunque alguna vez,  y como corolario a este reportaje me permito citar  su famosa frase:

“No me importa que hayan robado mi idea … Me importa que no tengan nada propio”.

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