ESCRIBIR LOS VERSOS MAS TRISTES ESTA NOCHE…

DIEZ POEMAS DE DESAMOR Y UNA CONFESION DESESPERADA

Lo confieso desesperadamente, pero con mucha convicción: Soy débil de voluntad y bajo de autoestima: cual vil toril limpio, que se abre tan sólo con un alma rota.

De mente febril y estéril, como la vigilia de Rosa. No soy fuerte, hábil o dócil; soy una sombra. 

Jamás proyecté luz, ni halos de gloria. Soy una gota en la gota.

Mi enemigo sabe lo bien que besa mi novia, y desde mi muy temprana puerilidad amorosa, descubrí la belleza ignota…¿la tragedia embelesa derrotas? 

Pude escribir los versos más tristes esta noche -como Pablo Neruda- pero como no me considero poeta, sino lector desamorado, comparto  con ustedes algunas de las estrofas que me han tatuado la piel  del corazón con el ritmo de la pluma ajena:

“Al que ingrato me deja, busco amante; al que amante me sigue, dejo ingrata; constante adoro a quien mi amor maltrata; maltrato a quien mi amor busca constante.” 

“El ausente, el celoso, se provoca; aquél con sentimiento, esté con ira; presume éste la ofensa, que no mira; y siente aquél la realidad, que toca”.

Sonetos, Sor Juana Inés de la Cruz.

“No sabes cómo necesito tu voz; necesito tus miradas. Aquellas palabras que siempre me llenaban, necesito tu paz interior; necesito la luz de tus labios. ¡¡¡Ya no puedo… seguir así !!!…Ya… No puedo, mi mente no quiere pensar, no puede pensar nada más que en ti.”

Lo que necesito de ti, Mario Benedetti.

“Me gustas cuando callas y estás como distante. Y estás como quejándote, mariposa en arrullo. Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:  déjame que me calle con el silencio tuyo… Me gustas cuando callas porque estás como ausente. Distante y dolorosa como si hubieras muerto. Una palabra entonces, una sonrisa basta. Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.”

Poema 15, Pablo Neruda

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.”

Poema 20, Pablo Neruda 

“Nos desnudamos tanto que olíamos a quemado, que cien veces la lava volvió para escondernos. Me hiciste tanto daño con tu boca, tus dedos, me hacías saltar tan alto que yo era tu estandarte, aunque no hubiera viento. Me desnudaste tanto que pronuncie mi nombre y me dolió la  lengua, los años me dolieron. Nos desnudamos tanto que los dioses temblaron, que cien veces mandaron las lavas a escondernos”. 

Cuarteto de Pompeya, Fabio Morábito.

“Los amorosos callan. El amor es el silencio más fino, el más tembloroso, el más insoportable. Los amorosos buscan, los amorosos son los que abandonan, son los que cambian, los que olvidan. Su corazón les dice que nunca han de encontrar, no encuentran, buscan. Los amorosos andan como locos porque están solos, solos, solos, entregándose, dándose a cada rato, llorando porque no salvan al amor. Los amorosos se ponen a cantar entre labios una canción no aprendida, y se van llorando, llorando, la hermosa vida.”

Los Amorosos, Jaime Sabines. 

“No es que muera de amor, muero de ti. Muero de ti, amor, de amor de ti, de urgencia mía de mi piel de ti, de mi alma, de ti y de mi boca y del insoportable que yo soy sin ti. Muero de ti y de mi, muero de ambos, de nosotros, de ese, desgarrado, partido, me muero, te muero, lo morimos.”

No es que muera de amor…, Jaime Sabines.

“Cuando llegues a amar, si no has amado, sabrás que, en este mundo, es el dolor más grande y más profundo, ser a un tiempo feliz y desgraciado.”

Corolario: el amor es un abismo de luz y sombra, poesía y prosa, y en donde se hace la más cara cosa que es reír y llorar a un tiempo mismo. Lo peor, lo más terrible, es que vivir sin él es imposible.”

Cuando llegues a amar, Rubén Darío.

Y para finalizar, a manera de reflexión, y ya entrado en el  ruedo con las astas por delante, estas son unas cuantas frases de la cosecha desamorosa de mi alma espejo:

“¿Qué es el  amor? una quimera. ¿Y la fidelidad? Una cualquiera. ¿Y los celos? Un perro rabioso que te desgarra por dentro. Pero aun así nos aferramos a conjugar el verbo amar en los tres tiempos gramaticales. Y nos resignamos a naufragar en los mares de los desamares donde el  reflejo de la luna  lunática , menguante y convexa  se ríe  cual  Gioconda de  un corazón sístole sin diástole, triste cascarón roto y  mal remendado”.

Comparte