El pasado 25 de abril del presente año, los medios a nivel global anunciaban la oferta que Elon Musk, el empresario estrella de la vanguardia espacial y la tecnología digital, hiciera para comprar la red social Twitter por 44 mil estratosféricos millones de dólares.
Todo parecía ir viento en popa, hasta que los cielos se ennegrecieron a mediados de julio y tras una investigación implementada por Musk, este retiró su oferta acusando a la empresa de hacer declaraciones “engañosas” sobre el número de cuentas falsas y spam que les proporcionó la plataforma, poniendo en duda su veracidad.
De inmediato, el valor de las acciones de la red del pajarito cayó estrepitosamente, y el pleito llegó a los tribunales estadounidenses, dándose como fecha para emitir una resolución el próximo 19 de octubre. El escándalo no se hizo esperar y lo trascendental de esta disputa destapó es que destapó cloaca digital que hasta cierto punto ya era del dominio público, pero las mismas redes amplificaron; o como se dice en el ajedrez fue un “machetazo a caballo de espadas”.
El tema de fondo de este pleito y sus consecuencias se centra en un fenómeno conocido como la estrategia en las redes de “Social Bots”, y lo curioso de este esquema es que no está “vacunado” contra la muy humana dicotomía entre el bien y el mal, pues como apunta el sitio español Evelb, especializado en tecnología: “Los bots son softwares que imitan el comportamiento humano, por lo que pueden llevar a cabo diferentes tareas repetitivas o que deben realizarse las 24 horas del día”, pero así como existen bots “buenos” que “rastrean y recopilan toda la información que encuentran en Internet, se encargan del envío de correos electrónicos a múltiples cuentas y también los chatbots con Inteligencia Artificial que pueden mantener conversaciones con clientes e incluso ofrecer ciertas respuestas a través de órdenes preestablecidas”; en contraparte los bots “malos”, los cuales “pueden llevar a cabo ataques, propagación de virus o robo de contraseñas. Esto último, probando miles de combinaciones en apenas unos segundos. También son usados para el envío masivo de spam.”
Pero hablando de bots malos, el tipo de software que más polémica han desatado son los conocidos como “social bots” que generan todo un negocio en sitios conocidos como “granjas de bots” en las cuales desarrollan tres actividades, las cuales señala el ya mencionado medio Evelb son:
- “Mejorar la popularidad de los productos o de la propia marca a través de la multiplicación artificial de seguidores y de la interacción con el perfil en likes y retuits.”
- “Crear la sensación de que un elevado porcentaje de la población apoya a una entidad, lo cual es totalmente dirigido por operadores a modo.”
- “Influir en la opinión pública a través de fake news y generando falsas conversaciones con determinados hashtags y mensajes con la intención de convencer a una amplia comunidad de personas que un tema falso, es verídico.”
Los métodos de quienes están detrás de esta tecnología de bots malos son conocidos como el Link Farming: el cual consiste en la creación de una red de intercambio de enlaces entre distintos sitios; el Hashtag Highjacking o el ataque dirigido a una comunidad especifica a través del uso de hashtags; el Repost Storm que sucede cuando un bot publica un mensaje y otros bots interactúan replicando el mensaje; y el Trend Jacking, el cual consiste en lanzar trending topics con el fin de influir en la opinión masiva y atacar a un grupo o tema particular.
Por supuesto, existe la tecnología del Catchpa, término fue acuñado por los especialistas de la Universidad Carnegie Mellon de Pittsburgh para nombrar un tipo de programa que puede verificar a quien es una persona y no una máquina o sea determinar quien está introduciendo los datos en un sitio especifico; sin embargo, esta tecnología ha resultado insuficiente y nada amigable para cumplir su cometido.
¡Alea jacta est! O como dijeran los emperadores romanos en el circo de los gladiadores ¡La suerte esta echada! En unos cuantos meses sabremos quién miente, quien gana y quien tiene la razón. Lo cierto es que el pleito entre Elon Musk y Twitter dejó en claro que el mas letal virus de estos tiempos está en las redes, y se actúa como zombie digital.