La inesperada llegada de la pandemia COVID-19 tuvo un impacto que provocó globalmente una “nueva realidad” y definitivamente cambió la historia de nuestra humanidad.
Los orígenes aún son motivo de numerosas investigaciones, aunque la culpa de este fenómeno, o por lo menos esa es la teoría que se nos ha querido vender, se le achaca a la costumbre china de comer murciélagos; sin embargo, y como parte de una costumbre, que quizá esta impresa en nuestro código genético, no ha faltado quien le atribuye la propagación del coronavirus a un oscuro acuerdo de los más altos niveles para establecer un Nuevo Orden Mundial y lograr la hegemonía del poder bajo el poder rector un cerrado círculo de jerarcas o “el poder detrás del poder” que mueve los hilos de la geopolítica planetaria.
Tras la celebración del Foro Económico Mundial en el 2021, y la declaración conjunta del Gran Reinicio de Davos, el síndrome conspiranóico se vio potenciado y surgieron muchas teorías asociadas al tema, como la implantación de un chip geolocalizador en las vacunas o el encubrimiento de los efectos negativos de la tecnología 5G.
Sin embargo, el tema del maquiavélico plan por instaurar un Nuevo Orden Mundial no es algo nuevo, y de hecho esta idea tiene un origen milenario que se puede rastrear, mas no comprobar, debido a la secrecía que caracteriza a las sociedades conspirativas, a través de sus símbolos y emblemas.
El mejor ejemplo de ello está impreso en el símbolo del capitalismo: el billete de dólar o el “patrón económico” por excelencia. En el verde instrumento de dominación global se puede apreciar, en el centro, una construcción piramidal coronada por “el ojo que todo lo ve”, lo cual nos remite a tiempos de la cultura egipcia y mantiene una relación con el símbolo del sol “el ojo de Horus” y su contraparte dual “el ojo de Ra”; representaciones solares que encarnaba el orden, lo imperturbable y el estado perfecto; lo cual nos conduce al enigmático faraón Akenatón, de quien se dice fue el fundador de las religiones monoteístas y cuya pretensión fue terminar con todo el panteón de deidades egipcias, sustituyéndolas por el culto a Atón.
Algunos estudiosos del Antiguo Testamento han lanzado la teoría de que Abraham, personaje común a tres religiones monoteístas, era en realidad Akenatón y su origen era alienígena como descendiente de los anunnaki.
En ese sentido, Moisés vendría a ser uno de sus generales a quien se le daría la misión divina de preservar el culto monoteísta, encabezar el éxodo de los judíos y atesorar los secretos de la hermenéutica atribuida a Hermes Trimegisto, inventor de la alquimia y la astrología.
Esta secta con misión divina tendría como herederos a los caballeros del templo de Salomón o Templarios, una de las órdenes monásticas militares católicas más poderosas de la Edad Media de quienes se dice, fueron los primeros occidentales en llegar a América y cuyos conocimientos secretos impulsaron a Cristóbal Colón .
El fin de los templarios es un hito histórico que tiene que ver con el poder que logró esta secta de la cual derivan los Masones Especulativos , logia de “arquitectos ” que en sus orígenes estuvo dedicada a diseñar y construir las edificaciones templarias y es por ello que en la simbología masónica, y en el billete de dólar, están impresas la escuadra y el compás; y es también clara la relación intrínseca entre la construcción de la ciudad de Washington, la Casa Blanca y la simbología masónica de esta hermandad a la cual se le atribuye la independencia de América, la fundación de los Estados Unidos y a la cual han pertenecido un gran número de sus presidentes.
Finalmente, la leyenda impresa en el billete de dólar hace evidente y exponencial la teoría conspirativa por excelencia, la cual dice en latín la frase “Novus Ordus Seclorum” o Nuevo Orden Mundial. ¿Será cierto que estamos ante el embate de una nueva conspiración secreta? Nadie podría asegurarlo, y quizá entre los líderes mundiales haya alguien que un buen día se levante , como lo hicieran Pinky y Cerebro, aquellos delirantes personajes de las fantasías animadas y exprese “¿Qué haremos hoy ? ¡Conquistar el mundo!” Y tú , ¿ qué crees?