SOÑANDO CON EL HOMBRE QUE CAYÓ A LA TIERRA

DAVID BOWIE, UN HUMANO DE OTRO PLANETA

Nadie ha sido más transgresor e innovador en la música que David Bowie, y a seis años de su partida hacía Marte, el máximo referente sonoro nombrado en el Reino Unido como el músico del siglo 20, ha llegado de nuevo en una  gloriosa odisea cinematográfica a manera de documental dirigido por el norteamericano Bret Morgen creador de un flipante recorrido que casualmente le tomó cinco años (“Five years, that’s all we’ve got”) para entregar una experiencia cósmica única.

Alejándose de lo convencional y en la zona de confort de este género, sin recurrir a la biografía, ni a críticos, ni a familiares, ni a otras estrellas; dejando que el propio Bowie nos narre a través de entrevistas y momentos reveladores entrelazados con imágenes y sonidos especialmente creados para la ocasión, que logran un refresh magistral de la por sí misma atemporal obra del Camaleón; la banda sonora es una obra de arte, se trata de  una brillante curaduría y nuevos tratamientos a cargo del productor Tony Visconti  y el editor musical John Warhust, quienes en 45 canciones en dos horas y 19 minutos, logran mover todos los sentimientos posibles, brincando de una era a la otra de los tardíos 60 a los 2000, aprovechando las nuevas tecnologías; aunque hay una tendencia especialmente a los setentas pero sin olvidar pinceladas de otras 5 décadas y siempre asociar la letra a los eventos de su paso por el planeta.

Evidentemente se tocan los hits y clásicos de su inmensa trayectoria , pero del gran arsenal musical la otra mitad son piezas ignoradas u olvidadas salvo por los devotos (justamente como yo) del genio que definitivamente llegó de otra galaxia para hacernos tripear en todos los sentidos; explorando la ambigüedad, el lado oscuro, el esplendor, la decadencia y por supuesto la genialidad de un autor del cambio.

Destacan “Hallo Spaceboy” en el remix de Pet Shop Boys originalmente parte del increíble álbum conceptual  “Outside” de 1995 que reunió de nuevo a Brian Eno, muchos años después de la famosa trilogía Berlinesa que llevo a nuestro héroe a experimentar con otro tipo de obra.

“Wild Eyed Boy From Freecloud” de 1969, que trata sobre los que sienten que los dejan fuera, y al margen de las cosas con marcada influencia de Bob Dylan.

“All The Young Dudes” de su etapa Ziggy Stardust y que conociéramos con Mott The Hoople escrita y producida por Bowie, fanático de su música.

“The Jean Genie/ Love Me Do (The Beatles )” al lado del genial Jeff Beck, “Warzawa” hipnótico tema del icónico duodécimo álbum de estudio de 1977 “Heroes” , una versión editada (al fin podrá ser tocada en la radio comercial) y revivida de su oda “Space Oditty” original de 1969 e inspirada en la cinta de Stanley Kubrick.

“D.J.” del visionario e influyente álbum minimalista “Low” de 1977; un presagio al estilo y a las estrellas que reinarían años después en las listas, especialmente conmovedoras resultan ” Word On A Wing ” utilizada en el documental para la parte dedicada al amor de su vida Iman pero original de ” Station To Station ” su décimo disco de estudio de 1976, instalado en su álter ego The Thin White Duke y dos temas poco conocidos que quedan como anillo al dedo repartidos durante la proyección; ambos de su segundo álbum de 1969 ” Space Oddity ” que son ” Cygnet Committee” folk progresivo imposible de ignorar… We want to live, I want to live … live…live… Y también ” Memory of a Free Festival ” una psicodélica pieza en dos partes dedicada a un festival.

Entre muchas otras, el  gran remix a ” Modern Love ” de ” Let’s Dance ” el álbum número 15 de 1983, y el más vendido de su discografía y finalmente ” Ashes to Ashes ” de 1980 en donde le quita la máscara a otro importante personaje vital en su legado musical: el Major Tom.

“Moonage Daydream” es el más ambicioso documental musical que hayamos visto; un caleidoscopio con perturbadores y vanguardistas escenas de obras cumbre de la cinematografía, yendo de Fritz Lang a Barbarella, pasando por Nosferatu y Bergman por mencionar a algunos.

David Bowie fue, sigue siendo, y será un personaje fascinante; ya sea por su música, su personalidad o su historia de vida, siempre reinventándose y capturando la esencia  de su tiempo en un entorno extraterrestre; uno de los artistas más influyentes de todos los tiempos con la capacidad de hacerte viajar a lugares mágicos e inesperados convirtiéndonos en astronautas que aterrizan en el planeta Bowie; un alienígena absolutamente humano a través de todas las ramificaciones del arte, y que además anunció su muerte con un requiem que jamás olvidaremos, ni los hijos, ni los padres, ni los abuelos ni los que vendrán “Cósmico y espectacular, un viaje total …”

Ashes to ashes, funk to funky , we know Major Tom’s a junkie.

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