MUJERES DE CIENCIA FICCIÓN

EL APOCALÍPSIS RETRATADO A TRAVÉS DE LA MIRADA FEMENINA

Hablar de ciencia ficción es hablar de las mentes creativas de mujeres que nos han llevado a vivirla a través de la literatura, el arte, el cine y el entretenimiento en general.  Sin su existencia, no existiría el género de la ciencia ficción y la fantasía tal y como la conocemos. 

El apocalípsis siempre ha sido uno de los temas más aclamados del género. Mary Shelley por ejemplo, autora de grandes obras como Frankenstein o el moderno Prometeo y reconocida por muchos como la piedra fundacional del género de ciencia ficción, así como la despedida de la literatura gótica, fue autora pionera en escribir: “El último hombre en la tierra”, una novela apocalíptica de ciencia ficción publicada por primera vez en 1826. En ella plantea por primera vez la extinción de la especie humana por reacción de la propia naturaleza y narra un mundo futurista que ha sido arrasado por una plaga. Como era de esperarse, la novela fue criticada duramente en la época, y permaneció prácticamente en el anonimato hasta que los historiadores la resucitaron en la década de 1960. En opinión de la filósofa Virginia Moratel, este rechazo es posible que se deba a la “molestia que provocó en los poderes fácticos su radical desafío al antropocentrismo, (doctrina que sitúa al ser humano como medida y centro de todas las cosas). Al presentar la extinción de la humanidad por obra de la naturaleza, Shelley cuestionaba la posición privilegiada del hombre en el universo”.

Es de llamar la atención que generalmente, autores masculinos crean historias apocalípticas donde el último ser humano superviviente de un virus o la guerra bacteriológica es un hombre. Pero, ¿Por qué el último ser humano sobreviviente no puede ser una mujer? De esto va “La última mujer sobre la tierra” (2021), la primera novela de la británica Bethany Clift que en contra de los estándares, narra la historia de toda la especie humana que cae víctima de un virus mortal, quedando tan solo -sin que se sepa porqué- una única superviviente a la que seguimos a través de su diario y de la que nunca sabremos su nombre.

En la ciencia ficción plasmada a través del arte, encontramos a la monja española Ende, una ilustradora que vivió durante la última mitad del Siglo X y considerada la primera mujer artista europea en ser documentada y en ilustrar el Apocalipsis. Muchos investigadores creen poder identificar sus trazos en las ilustraciones del Beato de Girona, una copia ilustrada de los Comentarios al Apocalipsis de Beato de Liébano. 

Y si del séptimo arte hablamos, no podemos dejar de mencionar el lente cinematográfico de mujeres como Lorene Scafaria, guionista, dramaturga, actriz y directora estadounidense que se ha convertido en un referente del género de ciencia ficción. En su película “Seeking a Friend for the End of the World”, narra la historia de como poco a poco el fin del mundo se acerca debido a un asteroide que amenaza a la Tierra y anticipa el fin de la humanidad. 

Por su parte, la directora, guionista y productora de cine danesa, Susanne Bier, se posiciona también en este genero con la dirección de la película “Bird Box”. En esta, (una de las cintas más vistas de la plataforma en streaming número uno), cuenta la historia de una mujer llamada Malorie y de dos niños que navegan río abajo con los ojos vendados para llegar a un refugio después de que unas fuerzas extrañas invaden y se encuentran provocando suicidios masivos alrededor del mundo, generando caos y poco a poco terminando con la población.

Sin lugar a dudas, las mujeres han encontrado en la ciencia ficción un espacio perfecto donde crear grandes historias, superar los roles clásicos y crear personajes femeninos complejos: mujeres activas y conscientes, heroínas que cambian el mundo y son imperfectas. Es un hecho que el subgénero, se ha enriquecido desde que ellas también son sus creadoras, consumidoras y protagonistas. 

Por más autoras y autores que lleven nuestra mente al límite, que nos lleven a otros mundos y que en ellos, antes del apocalipsis, la equidad de género no quede como parte de una simple historia de ciencia ficción.

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