¿DE QUE SE RIE ERICA, LA ROBOT? 

HUMOR CIBERNETICO, EL RETO DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

La Inteligencia Artificial es una de las áreas de la tecnología que están logrando una transformación exponencial en este tercer milenio. Gracias a su desarrollo se puede afirmar que ya estamos en los albores una cuarta revolución industrial en la cual la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos esta evolucionando en forma muy acelerada.

La conectividad y la sistematización de los procesos son dos de los factores que están presentes en nuestro entorno cotidiano; pero la robótica es el  área  en donde la tecnología digital, física y biológica presentan los mayores retos; pues la interacción entre los seres humanos y las máquinas tiene como barrera la comunicación y el lenguaje personalizado.

Si bien los robots pueden comprender, descifrar  y comunicar los lenguajes formales o códigos computacionales, la forma de comunicación humana, a base de textos, vocablos, actitudes y gestos, es  un  modelo que requiere de un gran análisis de datos y  una poderosa capacidad de interpretación  de la diversidad casi infinita de irregularidades, ambigüedades y matices, que como humanos expresamos a través de nuestra lengua.

Lo cierto es que ya se ha avanzado en ese proceso y actualmente podemos “platicar” con los ordenadores que utilizan la Inteligencia Artificial; como es el caso de los “chatbots” o con los sistemas de asistencia electrónica como Siri o Alexa; y de  alguna manera, las preguntas, ordenes o peticiones simples y concisas son entendidas  y ejecutadas  por la máquina, pero hay una particularidad del lenguaje humano que, hasta ahora, les resulta incomprensible: y se trata del Humor.

Y es que el humor ya sea bueno o malo es una característica humana que es el resultado de miles de años de  evolución y  es una construcción social que depende de muchos factores, como el idioma,  la cultura y la identidad de cada grupo social.

Esto parecería ser una barrera infranqueable… hasta hoy; pues el pasado mes de septiembre un equipo de científicos de la Universidad de Kyoto ha logrado que Erica, un robot prototipo, pueda descifrar y responder adecuadamente a uno de los rasgos humanos más difíciles de replicar, y se trata  la  comprensión  de la risa. 

Efectivamente, el robot  Erica ha logrado entender cuándo reírse y reaccionar lo más humanamente posible   a través de un proceso de  aprendizaje o  Machine Learning. 

Para lograr esto los científicos tuvieron  que entrenar muy arduamente a Erica interactuando al androide  con 80 estudiantes de la Universidad de Kyoto, y generar una serie de diálogos cortos; así pudieron recopilar datos de las situaciones en los que procedía una risa social, como respuesta a la del interlocutor, o más bien una risa alegre.

Según los estudios publicados por la  revista  Frontiers in Robotics and AI “una vez que se enseñó a reír a Erica, se diseñaron cuatro escenarios diferentes, en los que el robot conversaba con un ser humano. En el primer caso, solo había risas sociales, en el segundo solo risas alegres, en el tercero de los dos tipos y en el último solo diálogo, sin risas. Además, se mostraron los diferentes escenarios a 130 personas, que tuvieron que evaluar cuál les parecía más natural”.

Sin embargo, queda al margen varias preguntas que se formularon los estudiantes involucrados en el experimento: ¿De qué se ríe Erica? ¿Se ríe con nosotros? ¿O su risa es  un simple reflejo de nuestro rostro? 

Lo cierto es que en esta primera etapa de “humanización gestual de la Inteligencia Artificial” se pretende que las conversaciones entre robots y humanos sean más empáticas. 

Pero el gran salto en el área de la robótica estará en el desarrollo de  un proceso que logre generar el “humor computacional”; pues a pesar de  los innumerables estudios  y experimentos desarrollados  por científicos, lingüistas y psicólogos, aún no existe ninguna máquina que se pueda reír de forma consciente cuando se le cuenta un chiste o pueda reaccionar ante una situación divertida, y mucho menos que genere una frase cómica.

¿Llegará el momento en que una máquina nos responda con un doble  sentido y se ría en nuestra cara? 

Y nosotros, los humanos,  con ese ego que nos  caracteriza ¿permitiremos que una “bola  de alambres, silicón, fierros y teclas” tenga la osadía de burlarse de nosotros…?

Eso aún no lo  sabemos…pero quizá cuando esto suceda – y en un violento arranque de  intolerancia , muy  de animal humano- más  de un androide con humor digital  se vea  amenazado con “ partirle la tarjeta madre por pasado de…chistoso” O tú,  ¿Qué opinas?

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