MEME: EL REY DIGITAL DEL MAME

“NO LO SE RICK, PARECE FALSO…”

Si llegaste a esta publicación a través de las redes, sin lugar a dudas eres un navegante digital y en tu camino te haz de haber encontrado con una serie  de imágenes fijas o en video de las que recurrentemente tienen como objetivo provocarte la risa. Pues bien, parece un poco raro explicarte lo  que es  un “meme”, pero para ser un poco académico u objetivo te diré que cada generación tiene su propia forma de comunicación que le da  identidad; y esa es la característica del meme, aunque sin consultar a la Wikipedia se puede decir que es el rey digital del “mame”, o sea de aquello que te provoca risa y se viraliza de una manera muy rápida, pero también efímera.

¿Sabías que el origen de la palabra meme, se refiere a lo biológico evolutivo?, pues en el libro “El Gen Egoísta”, el evolucionista inglés Richard Dawkins lo explica como una unidad de información cultural transmisible por imitación. 

En su obra, Dawkins sostiene una teoría de difusión cultural en la que se evidencia una analogía entre la forma en la que los memes o conductas se transmiten de una persona a otra, y la manera en que se transmite el ADN entre generaciones. De esta manera la historia coloca al meme como el elemento central de la hipótesis memética de la transmisión cultural; siendo este la unidad teórica de información cultural que se imita, replica y transmite, así como el gen en la unidad hereditaria.

Conviene también apuntar que la palabra meme, encuentra su origen en la palabra griega “mimema” que significa: o algo que es imitado. O sea mímesis. 

“Cualquier cosa o comportamiento que se transmite por imitación, que aprendas y que lo repitas, se considera un meme, es una cuestión teórica de comportamiento animal y humano; en realidad todas las culturas están formadas de un set de memes o de un grupo de memes inmensos”, de eso nos explica Guillermo Sánchez Zazueta, investigador de la Facultad de Biología de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS). 

En otras palabras, un meme contiene los siguientes componentes:

  • Transmite un mensaje reducido a su mínima expresión. 
  • Surge de un contexto sociocultural en específico. 
  • Por lo general es un contenido audiovisual acompañados de un pequeño texto. 

El meme, en este sentido, cobra fuerza a partir de nuestro contexto individual y colectivo; pues, para que un meme sea entendible, responde a un hecho social en específico; y cabe señalar que puede ser un factor de lucha social anónima ya que, en muchas ocasiones podemos encontrarlos como crítica a las instituciones o a todo aquel ente que no se adscriba a los ideales de determinado nicho social.

“Los memes constituyen un auténtico telón de fondo de nuestra época” dice la investigadora y activista An Xiao Mina en “Memes to Movements” o sea son el “street art” de internet. 

Si bien millones de personas se pueden llegar a reír por el mismo meme, también grandes masas de población se pueden decidir cambiar sus percepciones sobre la inmigración, un partido político, la violencia de género, el machismo, entre miles de otros. 

Podemos destacar a la filósofa Susan Sontag en su célebre ensayo “Contra la interpretación”, quien nos menciona: “La mejor crítica, y no es frecuente, procede a disolver las consideraciones sobre el contenido en consideraciones sobre la forma”. La función de la crítica —añade— “consiste en mostrar el cómo y el qué de la obra, no en interpretarla”. Eso deberíamos de hacer con los memes o por lo menos así lo considero. 

Debemos permanecer alertas ante este nuevo ecosistema de información y desinformación, pues apelar a que una imagen o un argumento son “positivos” o “negativos” a partir de un contenido audiovisual, resulta riesgoso en esta era de la hipermediatización. 

En otras palabras, expresar la propia opinión no es sinónimo de dialogar y dialogar es la esencia de la democracia. 

Como muchos han afirmado, la tecnología no es buena o mala; todo depende del uso que le demos. Creo que los beneficios de las plataformas digitales son superiores a las deficiencias que puedan aparecer. Más allá de que, seguramente, son necesarias regulaciones legales adicionales para responsabilizar a los actores de dichas plataformas; quizá el primer paso es crear conciencia de cómo usamos estas herramientas, estar más atentos a no dejarnos manipular por las mismas y dar un paso hacia adelante. 

Sin embargo, más allá de reflexiones formales, si  un meme te provoca  risa,  pues déjate llevar por ese impulso humano que  no obedece a ninguna regulación… Eso sí, cuestiona su contenido,  pues como dijera el famoso meme del  Precio de la Historia: “No lo sé Rick…parece falso”, y puede llegar a serlo.

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