¿SOMOS BUENOS O MALOS POR NATURALEZA?

EPICURO Y LA PARADOJA DEL MAL

Desde la más temprana infancia, aun antes de tener conciencia del ser o el estar, aprendemos la diferencia entre “si” y  “no”. A través de la palabra acompañada por el tono de voz , el gesto facial, el  movimiento  de cabeza  y el dedo índice,  somos educados para comprender cuando un acto esta bien y cuando esta mal. 

El “sí” es beneplácito  y el “no” es prohibición.  Pero  esta dicotomía se pone interesante cuando el infante desarrolla  su inteligencia y comienza el  proceso de preguntar el “por qué “ de las cosas.  Y es  así, que un “si” es aceptado sin mayor cuestionamiento; pero cuando surge el “no”, la pregunta inmediata es ¿por qué no? Las  respuestas varían: “Porque es peligroso y te puede hacer mal”, “porque no se debe hacer” son algunas opciones, pero quizá la mas significativa es “porque lo digo yo que soy tu madre/padre”. 

Las tres opciones de explicación del “no”  traducido como “está mal” desglosan las tres esferas de interacción de  cualquier individuo : “es peligroso y te puede hacer mal” alude al instinto básico o animal ; “porque no se debe hacer”   señala el  código de conducta social,  moral ,ético  o religioso ;  finalmente  “porque lo digo yo…” te ubica en el mapa social y  lleva implícitos  conceptos como la  jerarquía o el  sometimiento.   

Aunque para la RAE “el  mal es la ausencia del bien” (lo cual significa que “el bien es la ausencia del  mal”) lo cierto es que ambas explicaciones nos dejan en las mismas: 

¿Qué es el mal y que es el bien?¿Qué está  bien  y que está mal? ¿Quién determina lo que está  bien  y lo que está  mal

Estos cuestionamientos son tan antiguos como la evolución  sapiens de la humanidad,  pero  nadie , a ciencia cierta ha expresado  una  explicación absoluta  o por lo menos convincentemente universal  desde un   punto de vista que implica a disciplinas como  la psicología, la ética o la moral, la antropología, la sociología, la política, el derecho, la religión, la historia o la filosofía. 

Una de las explicaciones más interesantes acerca de la  maldad fue  publicada en 2015 por la revista  ” Psychological Review” : Según un estudio que  involucró a 2,500 personas , los doctores   Moshagen y  Zettler determinaron que  la maldad humana o perversidad depende de  nueve rasgos que han llamado “factor oscuro de la personalidad” los cuales son:   

  • Egoísmo, definido como “preocupación excesiva por el beneficio propio a expensas de los demás y de la comunidad”.
  • Maquiavelismo: “Actitud manipuladora e insensible hacia los demás, acompañada de la convicción de que el fin justifica los medios”.
  • Desconexión moral: “Un estilo de procesamiento cognitivo que permite comportarse de manera amoral sin sentir remordimiento alguno por ello”.
  • Narcisismo: “Una auto-admiración excesiva, acompañada de un sentimiento de superioridad y de una necesidad extrema de atraer constantemente la atención de los demás”.
  • Arrogancia psicológica: “Creencia persistente en que uno es mejor que los demás y por tanto merece ser tratado mejor”.
  • Psicopatía: “Falta de empatía y autocontrol, a lo que se agrega el comportamiento impulsivo”.
  • Sadismo: “Deseo de infligir daño” o violencia “mental o física a otros por placer”.
  • Interés propio: “Deseo de promover y destacar el propio estatus social”
  • Rencor: “Destructividad y disposición a causar violencia o daño a otros, incluso a costa de infligirse daño a sí mismo”.

Otra de las tesis que tratan de explicar al  mal  como la expresión más pura de la naturaleza humana que anula la idea de la voluntad divina,  es llamada “la paradoja de Epicuro”: 

¿Es que Dios quiere prevenir el mal, pero no es capaz? Entonces no es omnipotente.

¿Es capaz, pero no desea hacerlo? Entonces es malévolo.

¿Es capaz y desea hacerlo? ¿De dónde surge entonces el mal?

¿Es que no es capaz ni desea hacerlo? Entonces, ¿por qué llamarlo Dios?

Finalmente,   dos grandes pensadores  contrastan su percepción acerca del mal como característica humana. 

El filósofo francés  Jean-Jacques Rousseau en su novela “Emilio o de la educación” de 1770 expresa que : 

“El hombre es bueno por naturaleza”

Por su parte , el filósofo alemán  Immanuel Kant, escribe, categórico,   en   1793 :

“El hombre es malo  por naturaleza”

Pero  tú ¿Qué opinas?

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