Nuestra relación, como especie humana, con la muerte es un tema muy complejo y ha sido abordado desde muy distintas disciplinas ,algunas formales y otras no tanto, pero vivir una hora más, un día más, un año más, se convertido más en una obsesión.
Hasta hoy, la percepción general es que “desde que nacemos comenzamos a morir” o que “si hay algo seguro en esta vida ,es que algún día moriremos”: pero repito, esto es hasta hoy, pues según información publicada por los científicos transhumanistas José Luis Cordeiro y David Wood, el hecho incontrovertible de la muerte ya puede rebatirse desde fundamentos científico-técnicos. En su portal lamuertedelamuerte.org afirman que “gracias a los avances exponenciales de la ciencia y la tecnología la muerte será opcional hacia 2045. El envejecimiento considerado como una enfermedad , puede y debe ser curado”.
Entonces, la inmortalidad ¿ya es posible? No cabe duda que desde la prehistoria y aun antes de que se inventara el lenguaje, el arte o incluso la religión, nuestros ancestros ya utilizaban, como lo hacen algunos animales de una manera intuitiva, plantas medicinales para curar sus afecciones. Se dice que la primera muestra de un espíritu de comunidad se dio cuando los humanos comenzaron a entablillar los huesos rotos de sus familiares heridos y cuidar de ellos, pero también se han descubierto en entierros prehistóricos cráneos que presentan trepanaciones que se presume tenían fines médicos.
En aquel entonces, la esperanza de vida promedio era de 35 años, y en la actualidad supera por mucho ya los 80 años. La fórmula de ciencia más tecnología en la medicina en todas sus ramas, como la prevención , la alimentación o la investigación, han dado magníficos resultados.
Históricamente hablando, una de las tecnologías aplicadas a la medicina que revolucionaron la esta ciencia sucedió en 1886 con la invención del electrocardiograma, y a partir de entonces surgieron aparatos como los rayos X o el microscopio monocular, pero es en el siglo XX cuando se da un salto “cuántico” en la batalla contra la enfermedad y la muerte con la invención de aparatos sustitutos de órganos humanos, como el pulmón de acero de 1927, o el primer trasplante de corazón de humano a humano realizado en 1965 por el afamado medido sudafricano Christiaan Barnard . Después de este importante avance, las posibilidades de sobrevivir se ampliaron exponencialmente .
En este tercer milenio los avances en inteligencia artificial, regeneración de tejidos, tratamientos con células madre, impresión de órganos, criopreservación, terapias genéticas o inmunológicas resuelven ya, aunque de una manera parcial, el problema del envejecimiento del cuerpo humano y todo parece indicar que la erradicación de enfermedad y la muerte están “a la vuelta de la esquina” del tiempo.
Otra de las vertientes de la tecnología aplicada a la ciencia con el fin de optimizar la vida humana sucede a nivel genético y ya desde el 2018, el portal londinense BBC documentó las investigaciones realizadas por el profesor Robin Ali, de la Sociedad Europea para Terapia Genética y Celular , quien estudia ya el uso de “tijeras moleculares” para alterar una cadena de ADN, ya sea eliminándola, reemplazándola o corrigiéndola; lo cual significa la alteración y manipulación de los genes con la idea de que pronto se pueda utilizar la técnica en enfermedades humanas y la creación de seres humanos de diseño, con las implicaciones éticas que esto representa.
Hace algunos años mientras investigaba tecnologías futuristas para documentar mi libro “El OrbiX” el cual se desarrollaba curiosamente en el año 2045 imaginé que sucederían varias formas de “inmortalidad” tecnológica, como la sustitución de órganos humanos por piezas biomecánicas, la creación de “granjas corporales” en donde se podría adquirir un nuevo cuerpo último modelo, la digitalización de tus experiencias y personalidad y la reinserción en cuerpos androides de perfecta apariencia humana y de esta forma alcanzarse la inmortalidad. Pues bien, este tiempo ha llegado. Aquí la pregunta es que, si ya no hay ni vejez, ni muerte ¿cómo vamos a vivir? O más bien, ¿Cómo vamos a morir?
Lo más seguro es que algún día el aburrimiento nos termine por matar … La muerte va a ser un lujo , y la vida , una esclavitud …
Decía un sabio, sabiamente : entre más conozco de la vida, menos disfruto de ella; entre más sabio creo ser , más me alejo de mi niñez; y entre más me preocupo por vivir, más añoro la muerte.