LA CATRINA: NUESTRA ELEGANTE DIVA DEL MÁS ALLÁ

¡PRIMERO MUERTA QUE SENCILLA!

José Guadalupe Posada y Diego Rivera fueron los dos grandes personajes que le dieron vida y reconocimiento mundial a “La Calavera Garbancera”, mejor conocida como La Catrina. Actualmente es un ícono en la celebración del Día de Muertos. 

Por más de 100 años, La Catrina persiste como icono de la muerte y revive en el espíritu de protesta ante la desigualdad y la injusticia. Ella es un icono de la cultura mexicana, integrante de los elementos asociados al Día de Muertos y es parte de una de las tradiciones más importantes en nuestro país. Pero, ¿Cómo inició su trayecto por los mortales, una tradición y cuál es su simbología?

En 1912,  sería  José Guadalupe Posada, grabador,  ilustrador y caricaturista hidrocálido quien le  diera  vida a la “La Calavera Garbancera” o como le conocemos actualmente, La Catrina. 

La intención  de Posada era representar a aquellas personas que vendían garbanza, (indígenas que dejaron de vender maíz para vender garbanzos, generalmente mujeres), que lograban un estatus social alto y que pese a tener sangre indígena, dejaban sus costumbres y herencia cultural por tratar de vestirse y comportarse a la usanza europea. 

Esta representación consiste en una calavera dibujada hasta el pecho vestida con un exuberante sombrero de colores y plumas ;  y unos moños que asemejan a los que usaban las empleadas domésticas,  para que no olviden sus orígenes. 

José Guadalupe Posada era un artista con una fuerte inspiración de humor negro y sus obras generalmente se relacionaban con la muerte. “La muerte es democrática, ya que a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera”, escribió Posada. Se sabe que fue una gran influencia para artistas de la talla de José Clemente Orozco, Leopoldo Méndez y Pablo O’ Higgins.

Posteriormente, La “Calavera Garbancera” fue inmortalizada por Diego Rivera, cuando el muralista agregó esta pintura en su obra “Sueño de una tarde dominical en la Alameda central”, lo cual impulsó a la ilustración de Posada a obtener reconocimiento a nivel internacional. Las aportaciones de Rivera constaron en completarle el resto del cuerpo, lo cual terminó de “cambiarle el estatus social”,  para convertirla en una mujer de clase alta y así rebautizarla como La Catrina.

Desde ese momento, La  Catrina forma parte de la cultura popular de México, es fundamental de toda celebración del 1 y 2 de noviembre en cualquier altar o decoración, además de que se pueden observar durante estas fechas a muchas mujeres de todas las nacionalidades disfrazadas de este icónico personaje. 

La Catrina ha evolucionado a través de grandes historietas, obras de teatro, canciones y por supuesto, comediantes mujeres. Vitola, la actriz canadiense nacionalizada mexicana, se convirtió en la representación del humor blanco y la espontaneidad de la carcajada que se expresa en una figura muy delgada, fina y elegante que inevitablemente nos recuerda a la flaca Catrina.

Y si del arte del retrato social hablamos, “La familia Burrón”, es la historieta realizada por el dibujante hidalguense Gabriel Vargas Bernal, que marcaría la vida de distintas generaciones a través de la compleja naturaleza del mexicano. La tira cómica  retrata como uno de los personajes centrales  a  una curiosa  mujer de barrio, esposa y madre, de nombre  Borola Tacuche de Burrón. Ella , de figura alta y  delgada,  ingeniosa, emprendedora  y de fuerte carácter, cuyo principal defecto es la gran facilidad que tienen para meterse en  problemas en su fijación por aparentar un status social que no le corresponde.

La Familia Burrón se ha  convertido  en símbolo de identidad de los mexicanos al mostrar, a través de sus personajes, la diversidad social, la cotidianeidad y el colorido de los barrios urbano-populares capitalinos durante la segunda mitad del siglo XX y parte del XXI. 

Resulta muy significativo que  Vargas Bernal  haya sido  galardonado con el Premio “La Catrina” en la FIL de Guadalajara 2005. 

Este premio entregado por el Encuentro Internacional de Caricatura e Historieta, distingue a personajes importantes del mundo de la caricatura y la historieta.

Así, encontramos a la Flaca Catrina, la  Calavera Garbancera, un icono de nuestra cultura popular que hace de la  muerte un motivo de regocijo y festejo;  tan alegre y colorido , como el sueño de una tarde dominical. 

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