HEROES Y ESTRELLAS CANINAS INOLVIDABLES

HISTORIAS PELUDAS DE LEALTAD, AMOR Y VALENTIA CON CUATRO PATITAS

El mejor amigo del hombre, nuestros muy queridos perritos  son  los  protagonistas de esta semana y, ¡con gran mérito! 

Comenzamos con la perrita astronauta que se convertiría en la más famosa de la historia por ser la primera cosmonauta canina. La historia de Laika, una hembra color blanco, con manchas negras y marrones, de raza mezclada entre husky y spitz de unos tres años y de carácter apacible, no puede ser más heroica y trágica a la vez: fue reclutada para ser parte del escuadrón de perros cosmonautas rusos. Dejó su vida vagabunda para ser entrenada y subir a bordo del Sputnik 2, en noviembre de 1957. 

Laika, -palabra de origen ruso que en español significa “que ladra”-, se convirtió en el primer ser vivo de la Tierra en orbitar nuestro planeta. Murió a causa de un fallo en el sistema de la nave. Oleg Gazenko, responsable de haberla mandado al espacio, dijo haberse arrepentido profundamente de las decisiones tomadas, pues de los trece perros que fueron mandados al espacio, solo cinco regresaron con vida. Por ello, los “perros del espacio” se han convertido en un icono de los derechos de los animales.

No cabe duda que el amor incondicional lo conoce muy bien nuestro amigo peludo. Hachikô, el perro Akita de raza japonesa, apreciado por su fuerza y lealtad, era una mascota popular y un signo de estatus entre los samurais. Nació en 1923 y Hidesaburô Ueno, profesor universitario en Tokio, lo adoptó como mascota. Este adorable lomito tomó la costumbre de ir a esperarlo a la estación de Shibuya al volver del trabajo y cuando Ueno falleció dos años después, siguió esperándole incondicionalmente cada día durante los siguientes nueve años, a la hora exacta que llegaba el tren en el que su dueño solía regresar. En 1932, el periódico Asahi Shimbun le dedicó un artículo y se convirtió en un símbolo de la lealtad a la familia, algo especialmente importante en el Japón de la época. Hachi murió en 1935 y se le dedicó una estatua de bronce frente a la estación de Shibuya, que fue fundida durante la Segunda Guerra Mundial para hacer armas; en 1948 se inauguró una nueva estatua en el mismo lugar y hoy es un lugar de encuentro popular y un icono del barrio de Shibuya. 

México también tiene a su amiga incondicional y además heroína: Frida. La perrita labrador más popular, amada y honrada en nuestro país, se convirtió un icóno tras su labor como rescatista en el terremoto del 19 de Septiembre de 2017. Y es que, en medio de la tragedia por el sismo, que dejó más de 300 muertos, Frida generó esperanza al encontrar a más de 50 personas, 12 de ellas rescatadas con vida, de acuerdo a oficiales de la Marina.

Gracias a su gran labor, ella y su entrenador, Israel Arauz Salinas fueron condecorados por la Armada Mexicana. También, quedaron inmortalizados en dos  esculturas de bronce la primera en el Estado de Puebla y otra más en Centro de Estudios Superiores Navales de la Semar. 

Y si de perritas estrella hablamos, Lassie  es sin lugar a dudas  “la perra más famosa del mundo”. De raza  Border Collie, se escondía en realidad “Pal” el primer perro que dio vida al personaje del escritor Erik Knight en la película que la Metro Goldwyn Mayer hizo en 1943. Rudd Weatherwax, su propietario y entrenador, le llevó a un casting  en el  que fue rechazado por ser macho,  pero  le contrataron como “especialista para escenas peligrosas”. 

Su gran momento llegó cuando en el rodaje la collie protagonista al tener que interpretar una secuencia se negó a intentarlo, así que probaron con Pal, que además de cruzar el río, al salir, dio dos pasos como agonizando y cayó mirando a cámara, un detalle que conmovió con “lágrimas en los ojos” al director de la película.

No cabe duda que estos tiernos, amorosos, valientes, leales y fuertes mamíferos han cautivado al ser humano durante generaciones por su grandeza y calidez humana. Por distintos motivos dejaron huella en la historia, pero seguro aún más, en la historia de nuestro corazón. 

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